De esas cenizas, fénix nuevo espera;
Mas con tus labios quedn vergonzosos
(que no compiten flores a rubíes)
y pálidos, después, de temerosos.
Y cuando con relámpagos te ríes,
de púrpura, cobardes, si ambiciosos,
marchitan sus blasones carmesíes.
Francisco de Quevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario