Uno de los más conocidos sonetos de Quevedo. Se desarrolla la idea de la trascendencia; el sobrevivir de la conciencia, el alma y los sentidos. Se hace alsuión al Leteo en el segundo cuarteto. La "ley severa" será la muerte. Los tercetos pueden bien leerse de corrido, bien leyendo 1-1,2-2,3-3: "Alma, a quien todo un dios prisión ha sido, su cuerpo dejará, no su cuidado; venas que humor a tanto fuego han dado serán ceniza, mas tendrá sentido; médulas que han gloriosamente ardido serán polvo, mas polvo enamorado."
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día;
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la rivera
dejará su memoria en donde ardía:
Nadar sabe mi llama la agua fría
y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un dios prisión ha sido;
venas, que humor a tanto fuego han dado;
médulas que han gloriosamente ardido
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Lo que más me gusta de este poema es la rebeldía concretada con el último verso.
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